Policía gasifica a marchistas que llegaron de Senkata con féretros


Los alteños llegaron a la ciudad de La Paz con ocho féretros. Tras la gasificación, los ataúdes quedaron regados en la calle.

Tres ataúdes dispersados en plena avenida Mariscal Santa Cruz, ciudadanos alteños desmayados por la cantidad de gases lanzados por la Policía, dos niñas tendidas inconscientes en la plaza San Francisco y más de 12 detenidos fueron algunas de las consecuencias de la gasificación en contra de los vecinos de El Alto que llegaron a la plaza del Obelisco con los féretros de las ocho personas que murieron entre martes y miércoles en el intento de toma de la planta de gas y combustibles de Senkata.

Hasta ayer, los alteños lanzaban consignas contra los policías, a los que califican de “traidores” por el motín en Cochabamba que aceleró la caída de Evo Morales. Pero ayer fue diferente, el cortejo fúnebre llegó hasta la plaza del Obelisco, donde se apostó una sección de militares junto con policías, como en otras oportunidades.

La marcha de vecinos de El Alto, junto con los ocho ataúdes de los fallecidos en Senkata, llegó hasta plaza San Francisco y ahí decidieron bajar para dar una vuelta; bajaron gritando consignas contra el Gobierno. “Si Áñez se va, la paz volverá”, arengaban los dolientes. Estos iban encima de seis vehículos acompañando los féretros que habían traído desde Senkata.

Los militares

Al llegar al Obelisco, los vecinos lanzaron bolsas de agua, botellas y trapos contra los policías que estaban en primera línea. Algunos ciudadanos aseguraron que era una marcha pacífica y empezaron a retornar hacia la plaza San Francisco, que se ubica a unas cuatro cuadras del lugar; pero la cabeza de la marcha vio a los militares y el carro de asalto que estaba junto con los policías. Empezó el griterío de “asesinos, asesinos, asesinos” y uno de los cuerpos fue depositado encima del carro de asalto de los militares.

Luego, dos personas treparon al vehículo y lograron abrir la escotilla agitando una wiphala. Esa acción fue aprovechada por las personas que estaban en dos vehículos que transportaban dos ataúdes; la Policía empezó a retroceder junto con los militares y el vehículo blindado quedó en medio de los marchistas. Fue suficiente, la Policía lanzó gases y la enorme multitud no encontraba hacia dónde escapar, en menos de siete minutos toda la avenida Mariscal Santa Cruz hasta la plaza San Francisco quedó desierta.

Quedaban tres ataúdes en plena avenida y los familiares solo se agarraron de los féretros, las mujeres yacían en los rincones de la avenida. EL DEBER constató ocho personas desvanecidas. Una muchacha de unos 25 años estaba tendida al medio de la calzada y, pese a los esfuerzos, no reaccionaba, y los vecinos gritaban por una ambulancia.

Personas de la tercera edad, mujeres con niños y embarazadas estaban arrinconadas y la Policía les gritaba que circularan. La impotencia de las mujeres las llevó a lanzar improperios contra los uniformados, que no atinaban a reaccionar y solo se alejaban.

Pero no acabó ahí. Los dolientes lograron salvar los ataúdes y empezaron a subir hacia la plaza San Francisco, donde habían huido los vehículos que transportaron los féretros; pero los alteños que se reagruparon nuevamente provocaron a los policías y estos sin medir consecuencias nuevamente gasificaron, y las familias volvieron a derrumbarse con los ataúdes a cuestas. Casi 40 minutos les tomó a tres familias atravesar las cuatro cuadras porque debían pelear contra el gas que lanzaba de rato en rato la Policía. Al final llegaron a la calle Sagárnaga, donde estaban las camionetas y minibuses; de ahí emprendieron el retorno hacia El Alto, mientras los que quedaron en la plaza San Francisco se enfrentaban a los policías.

Como en otras jornadas, los marchistas de El Alto atacaron a los medios de comunicación que llegaron hasta el lugar y transmitían lo que sucedía. “Prensa vendida”, es el grito que lanzan en cada oportunidad que tienen.

Gases

Dos grupos
Los motociclistas de la UTOP son los que despejan y asustan a los manifestantes.

Equipos
En horas de la mañana, esta unidad recibió apoyo del Gobierno para su equipamiento.

Paz
Varios ciudadanos que llegaron en la marcha dijeron que ellos piden paz y no más violencia.

Radicales
Pero esas voces, que vienen de mujeres, principalmente, no tienen eco en los radicales.

Huida
Los seis vehículos que transportaron los ocho ataúdes tuvieron que huir hacia su ciudad.

Peleas
Después de la refriega a los alteños empezaron las críticas de grupos de la hoyada paceña.
Fuente: ElDeber
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