NUESTRO EMBLEMÁTICO CH’UTA CH’UKUTA
Mas tarde, con ese mismo atuendo, pero como la danza de los Ch’utas, se iniciaría otra etapa en la que este personaje baila festejando la Anata, fiesta andina, junto con la fiesta del carnaval. Desde entonces, serpenteantes columnas de Ch’utas participan en el Entierro del Pepino y la Tradicional Entrada de Domingo de Tentación, subiendo por el Cementerio rumbo al Tejar.
Los Ch’utas, son más antiguos que el Pepino mismo, su danza festeja las primeras cosechas en el Altiplano, tiempo lluvia y fertilidad, que coincide con los primeros meses del año, de ahí su vestimenta tan colorida, con la presencia de la flor de la papa, bordada en diferentes colores; este personaje representa a los espíritus que protegen y velan para que la recolección de productos sea abundante, por eso su máscara, casi transparente, confeccionada en malla milimétrica.
El Ch’uta baila también en Navidad, Semana Santa y en la fiesta del Espíritu Santo, en Mayo, por que es un mismo tiempo, dentro del calendario agrícola.
Su indumentaria se remonta a la época del pongueaje, cuando los hacendados mandaban a su servidumbre a la ciudad, para comercializar sus productos, éstos se instalaron en los mercados populares circundantes a la “hoyada”, en la zona del Cementerio y aledañas y rápidamente su vestimenta fue adaptada para el baile, de los pantalones de bayeta de tierra a otros más coloridos tipo colán, al igual que su chaleco, solo mantuvieron las “abarcas” y el “ll’uchu”.
En la actualidad, importantes Comparsas de Ch’utas se organizan, para el Carnaval, fiesta que hoy en día se constituye en una importante actividad comercial, principalmente para los artesanos bordadores, que dedican parte del año para la confección de sus trajes, tan coloridos como los clásicos, de Bolívar y Strongest, establecidos por Mateo Callisaya, conocido folklorista, así como los representativos de las diferentes Comparsas.
Un Ch’uta de peso es aquel que tiene dos simpáticas cholitas, a eso se debe el mote de “Ch’uta cholero” impuesto por don Héctor Quisbert, de Bordados “El Chasqui”. Siempre baila bien acompañado, ya sea por las lindas “Palomitas Blancas” o sus “Lindas joyitas de 24 kilates”; galán consumado, se las ingenia para ir tras las más jovencitas, cantándoles en aymara, dulces versos al oído, con esa característica voz fingida, que la usa para ocultar su picardía.
Fuente: carnavaldebolivia.com
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